EL PLACER DE LAS PEQUEÑAS COSAS
¿Alguna vez te has parado a observar de manera consciente los pequeños placeres de la vida? No me refiero a todo aquello que te gusta (que también). Más bien a todo aquello a lo que no le das la más mínima importancia hasta que se producen una serie de circunstancias en las que, de repente, le das una importancia que no le habías dado hasta ese momento. Te pongo en situación. Mi Vidi (mi chico) y yo, nos alquilamos un pisito a finales de año. Con toda nuestra locura, entramos a vivir en él sin apenas nada. Nuestra cama fue un colchón hinchable durante casi 3 semanas. ¡Pero ojo, yo no había dormido en uno tan cómodo jamás! No era el típico que utilizas cuando te vas de camping. Sí, ese que por un lado es rojo y por el otro azul marino. Seguro que sabes de cuál te hablo. El nuestro, era igual de alto que un colchón de cama real (o diría que, incluso más). Recuerdo cuando nos llegó y vi que se hinchaba solo. Mi Vidi se ‘reía’ de mí porque estaba cual niña p...