ABUELI

 25 de septiembre…

 

Recibo una llamada y me comunican que ya no estás…

 

Lloro.

 

Muy mucho.

 

Todos sabíamos que tarde o temprano iba a pasar.

 

Pero, aun así, duele.

 

Joder si duele.

 

3 meses hace ya y sigue doliendo.

 

No estuve cuando pasó, pero mejor porque no sé si hubiera podido despedirme de ti otra vez más.

 

No sé si fueron 4 o 5 las veces que me fui a despedir.

 

Un día tan débil y, al siguiente, tan campante.

 

Así eras tú.

 

Impredecible.

 

Creo que eso lo he heredado de ti.

 

Y cómo me gusta.

 

Recuerdo que tenía programada una escapada de 3 días que no hice por si te ibas.

 

Pero, aguantaste otra semana más.

 

Qué agonía.

 

La mía (y la nuestra digo) porque cada dos por tres parecía que te ibas a ir, pero no.

 

Tú estabas en paz y fuiste resiliente como lo he sido yo cuando he tenido que serlo.

 

Y aguantaste esa semana más.

 

Con algunos sustos que nos hacían ir a verte a las 12 de la noche, pero poco más.

 

Recuerdo que ya ni hablabas.

 

Y tú mirada…

 

Me recordaba mucho a la que tuvo el abuelo sus últimos meses de vida: mirando a la persona y queriéndola conocer, pero sin ubicarla muy bien.

 

Puto alzheimer.

 

En tu caso, la demencia hacía más o menos lo mismo, pero la mayoría de las veces lograbas reconocernos (o, al menos medio ubicarnos).

 

Me mataba con él que no me conociera, pero contigo, más.

 

Por suerte, he podido conocer a mis 4 abuelos y he disfrutado con ellos y de ellos muchos años.

 

El primero fue mi yayo, que se fue cuando yo tenía 18.

 

Así que sí, bendita suerte la mía.

 

Pero sabes que, a pesar de haberlos conocido a todos, siempre has sido TÚ.

 

Mi abueli del alma.

 

Joder, cómo cuesta escribirte.

 

Pero quería hacerlo y cerrar este año de ‘mierder’ con un artículo para ti en mi blog.

 

Ni siquiera sabes lo que es un blog, pero estoy segura de que, si lo supieras, estarías orgullosa de que estuviera compartiendo con la gente como lo hago y de que te escribiera estas líneas.

 

También me hubiera gustado que lo conocieras a ÉL, mi chico. Sé que te hubiera encantado, aunque luego lo confundieras con cualquier primo o a saber lo que habrías soltado… jajaja

 

Y que vinieras aquí, donde estoy escribiéndote ahora mismo.

 

A nuestro piso.

 

Solo por verme feliz, ya lo estarías tú, como siempre lo has hecho.

 

Tenía muchas ganas de escribirte desde aquí. Desde mi espacio. Desde mi calma.

 

Aunque ya no estés, este es nuestro momento abueli.

 

Apunto está de acabar el año y las primeras navidades sin tenerte han sido muy diferentes.

 

Ya no tendré más fotos tuyas haciendo morritos, ni podré irte a buscar una mañana para desayunar tostadas con mantequilla y mermelada de fresa con un café con leche de litro.

 

Pero, por el contrario, tengo 31 años de recuerdos con la mejor abuela que una pueda tener.

 

Como no podía ser de otro modo, me despido de ti dejándote el texto que te leí cuando nos dejaste.

 

“Ni siquiera sé si voy a poder leer todo lo que he escrito, pero dame fuerzas que allá voy… Bueno abueli, como la nieta mayor que soy, aquí estoy en representación de tus 6 nietos empezando esta despedida. Son muchas las cosas que podríamos decirte, muchos momentos a recordar, también junto al abuelo, a quién siempre hacíamos rabiar más que a tí. 

 

Sobretodo yo, que de pequeña era bastante trasto. Pero ahí estabas tú poniendo paz y cuidándonos como la que más. Aunque poco se habla de las broncas que me dabas cuando me quedaba a dormir y me tomaba la manzanilla interminable con cuchara… en mi defensa diré que era pequeña, joven e inocente, pero que ahora te entiendo perfectamente. 

 

Hablo por todos cuando digo que los recuerdos que tenemos contigo, los vamos a recordar siempre con una sonrisa. 

Por suerte, yo he podido disfrutarte 31 años y me quedo con eso. Ser la nieta mayor también tiene sus ventajas… aunque por altura sea la más pequeña…

 

En fin, cuídate mucho y cuida del abuelo y de tus hermanas. Brillarás eternamente. Te dejo con mi miniyo que también quiero decirte algo. No sin antes recordarte que tu muñequita siempre estará contigo y cuidará de tus nietos. 'Al pasar la barca, me dijo el barquero, las niñas bonitas, no pagan dinero.' Tú cantando esta canción y yo saltando a la comba. Te quiero y más abueli.”

 

Qué recuerdos me traen volver a leer estas pequeñas líneas que te dije.

 

Como te prometí, ya te tengo conmigo en mi piel para siempre, con nuestro mejor recuerdo. El tuyo cantando mientras tu muñequita saltaba a la comba en vuestro balcón.

 

Benditos abuelos eternos.

 

Gracias por cuidarnos siempre tanto y por existir.

 

En fin, abueli, que te he querido, te quiero y te querré siempre lo más grande.

 

Drew,

Comentarios

  1. Que palabras más bonitas, llenas de sentimiento y recuerdos, ellos siempre marcan huella, siempre quedarán en nuestro corazoncito❤️

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, los abuelxs son eternos y solo nos transportan a recuerdos mentales bonitos.
      ¡Gracias por tus palabras! :)

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

PAUSAS

ERES RARA

FLUIR