LAS PRIMERAS VECES

Hoy te quiero hablar de las primeras veces.

Seguro que al escuchar esta frase te vienen miles de momentos a la cabeza.

Pues a mí no.

No sé si es raro, si es lo normal, si te pasa igual o si no.

Solo sé que habré tenido muchas primeras veces en mi vida, pero la mayor parte ya las he olvidado.

Tengo claro que todas y cada una de ellas están guardadas en mi inconsciente, pero que, al no ser importantes en mi vida actual, mi cabeza no me las muestra en la parte consciente.

Por ello, ni siquiera las recuerdo.

Pero esto no pasa solo con las primeras veces, si no con todo lo que vamos viviendo a lo largo de nuestra vida.

Todo, absolutamente todo, lo sentimos (o creemos que lo hacemos) de una manera que ya no volveremos a sentir.

Me explico.

En el momento en que tu vives algo, (sea lo que sea y del ámbito que sea), ten por seguro que no lo vas a volver a vivir del mismo modo nunca más.

Y eso es así porque ya no estarás viviéndolo en presente.

Quizá es un recuerdo o vivas un momento parecido.

Pero ya no será igual.

Ni lo mismo.

Por tanto, no lo vas a vivir igual.

Como ves, ya no te estoy hablando de las primeras veces… mucho me gusta a mí irme por las ramas, sí.

De hecho, he empezado este artículo sabiendo el tema, pero sin saber muy bien qué quería decir.

No me escondo.

Y eh aquí otra primera vez.

Es la primera vez que empiezo a escribir un artículo sin saber qué decir en él.

En fin, ves como por mucho que me vaya por las ramas, todo se encarrila y fluye.

Me gustan las primeras veces.

No todas, pero sí las que te dejan un recuerdo bueno, así en general.

Y esta es una de ellas.

Porque, además, va acompañada de la primera vez que te escribo desde mi ordenador + silla + escritorio nuevos.

También te diré que no es la primera vez que mis manos bajan un poco de temperatura al escribir.

Pero sí la primera que lo hacen aquí, en mi nuevo espacio.

Cuando tienes calma y orden a tu alrededor, parece que los dedos van solos.

Y tengo un espacio habilitado solo para trabajar en mi pisito.

Bueno, mío y de mi Vidi.

Aquí, estamos teniendo un sinfín de primeras veces.

Así que, si me preguntaras por las primeras veces que recuerdo, seguro que te hablaría de todas ellas.

La primera vez…

Independizada, en un pueblo del cual solo conocía su nombre y que me enamoró el primer día, escogiendo muebles, durmiendo en un colchón hinchable en el comedor, sin sillas, sin nevera, sin muebles, durmiendo sin persiana ni cortina durante 3 meses, viendo brillar la luna como nunca, pensando en decoración, sintiéndome interiorista profesional, gestionando mil cosas ‘de pisos’, rematando que esté todo a nuestro gusto, muerta del susto por la caída de una cortina mal instalada (solo sufrieron daños mínimos dos escalones, por suerte), trabajando con dos pantallas (y siendo consciente de que no he entendido de la vida hasta ese momento), etc.

Y todas estas primeras veces (y las que me dejo, que son muchas), comparten algo en común.

A él.

Sí, también es la primera vez que vivo todo esto con alguien, pero no podría haber sido con otra persona que no fuera él.

Sentir el verdadero amor.

Sentirlo a él.

Todo lo bueno que tenga que ver con él.

SER y FLUIR, pero con él y gracias a él (y a mí).

Una cosa tengo clara, estas primeras veces tienen más valor por la persona con las que las he vivido.

Y sí, seguro que algunas de las primeras veces que te vengan a la mente (podría atreverme a decir que todas) tienen un valor especial para ti por quienes te rodeaban cuando las has vivido.

Pero ten claro que, todas ellas las has vivido en el momento en el que tú estabas preparadx para hacerlo.

Si hubiese sido de otro modo, con otras personas cerca o en otras circunstancias de vida, no les darías el mismo valor.

Y es así, por el simple hecho de que no las habrías sentido igual.

Quizá ni las recordarías ahora mismo, quien sabe…

Así que, haz un remember por tu vida y manda a la biblioteca del inconsciente todo aquello que hoy ya no te aporte ningún valor.

Solo así, tendrás espacio para no olvidar todas aquellas primeras veces que están por venir.

Seguro que serán muchas.

Y ojalá aprendas de todas ellas y las sepas valorar.

Quizá ya lo has hecho sin siquiera darte cuenta, por el simple hecho de que dejaron de aportarte valor y tu mente ya las pasó a tu biblioteca sin siquiera preguntarte.

Si es así, agradéceselo, eso que te ahorras.

Así puedes invertir el tiempo en cosas que ahora sean valiosas para ti.

Creo fielmente en la magia que acompaña a las primeras veces.

Y quiero muchas más con él, mi verdadero amor.

Y con todas aquellas personas que son importantes para mí.

¡Brindo por todas las futuras primeras veces!

Por las mías y por las tuyas, que me lees.

Drew,

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