MI EJERCICIO DE LAS 5 VIDAS

En el artículo anterior te hablé del ‘ejercicio de las 5 vidas’.

Pues bien, independientemente de que lo hayas hecho o no, te voy a compartir el mío.

Antes de ello, cabe destacar que, en ese momento el objetivo era crear e imaginar mil cosas con muchos detalles para poder hacer que mi creatividad se activara.

Te recuerdo esto para que puedas comprobar tú mismx si crees que el objetivo se logró o no.

Además de valorar si consideras que a ti o a alguien de tu entorno podría ayudarle hacerlo.

Si es así, ¡siéntete libre y compártelo!

Por último, te recuerdo que las 5 vidas que yo escogí fueron: surfera, psicóloga, pintora, fotógrafa y hippie.

Dicho esto, ahí van.

SURFERA

Vivo con una amiga en una furgoneta adaptada y recorremos las islas canarias, empezando por Gran Canaria. Allí vamos buscando las mejores playas para surfear. Estamos siempre rodeadas de otros furgoneteros y de gente de la zona para que nos hagan recomendaciones de lugares, ya que no solo surfeamos, sino que recorremos las islas de punta a punta sin dejar lugares pendientes por ver. Después seguiremos por toda la costa de Portugal, Galicia y, por último, el norte de España. Escribiremos todas nuestras aventuras en un blog ‘Amigas sobre ruedas’, que vamos diseñando durante todo nuestro camino. Y siempre que podamos viajaremos a otros puntos de España para ir haciendo quedadas con los amigos que hayamos hecho por el camino. En cada punto al que viajamos, siempre visitamos los típicos mercadillos “hippies” para comprar algún recuerdo. Si lo pienso, podría montarme una paradita de pulseras y collares comprados en mercadillos, porque tengo mil, pero me encantan todos y, aunque soy consciente que no todos son necesarios, esconden muchas historias detrás, igual que todas nuestras fotos. Confieso que muchas veces tengo que pensar intensamente para recordar en qué viaje lo compré… pero en cuanto me acuerdo, las historias que lo acompañan vienen solas.

PSICÓLOGA

Conocería mucho mejor las conductas de las personas, podría ayudarlas con diferentes herramientas, que también me aplicaría a mí. Y trabajaría en mi consulta, que habría decorado yo misma, porque me encanta el interiorismo y mirar revistas y webs de decoración. Lo pondría todo de madera y blanco con algunos adornos para dar un toque de color a la estancia que tendría mucha luz natural. Viviría en una casa alejada de la ciudad, con vistas al campo y a las montañas y pasaría consulta allí mismo. Haría yoga cada mañana al aire libre, aprovechando las horas de luz. En mis ratos libres también meditaría, daría largos paseos y aprendería a cocinar. Tendría muchísimo tiempo libre para leer mi lista interminable de libros que en algún momento de mi vida me ha llamado la atención. Los compraría todos y tendría una gran biblioteca de madera en la que los ordenaría según estilo y por orden alfabético. Además, tendría un espacio con un sillón y sofá cómodos para la lectura, junto a un gran ventanal para poder leer con luz natural y también con una lámpara de luz cálida para cuando necesite reforzar la luz. En el porche también contaría con otro espacio para mis momentos de lectura, por si me apetece más hacerlo al aire libre. Todos los libros serían en papel, ya que leer de una pantalla es algo que nunca me ha motivado demasiado. Prefiero el tacto del papel, el olor a libro nuevo, utilizar un punto de libro (aunque a veces no encuentre el mío y tenga que usar un papel viejo para recordar la página, ya que no me gusta doblar la esquina).

PINTORA

Viviría sola en París. Me encantaría leer revistas de arte, visitar museos y aprender los diferentes estilos de arte según la época. Tendría un taller lleno de materiales: láminas, muchos lienzos, pinceles y colores diversos como pintura al óleo, acrílico, acuarelas, ceras, lápices de colores… Mi piso tendría como protagonistas cuadros y dibujos colgados en todas las estancias. Dejaría fluir mi imaginación pintando paisajes con los dedos, porque no hay mayor placer que mezclar colores directamente en el lienzo y que sea con tus propias manos, haciendo así cielos, zonas de naturaleza y fondos abstractos que quedarían preciosos. Además, también pintaría figuritas, jarrones y todo tipo de manualidades que iría a comprar a anticuarios. También aprovecharía objetos viejos que tuviera por casa para darles otro uso como hacer jarrones con botellas de plástico o vidrio y los pintaría yo misma. Cada tarde pasearía por los campos elíseos y alrededores y aprovecharía para hacer fotos de los edificios y las calles iluminados conforme va cayendo el sol y se mezclan los colores del cambio de luz natural con luz artificial. Llevaría siempre conmigo un cuaderno para apuntar ideas para mis cuadros, con todos los detalles, consiguiendo así que al leerlo después se reprodujera tal cual en mi cabeza. Con la foto y las anotaciones de sensaciones, detalles y demás, acabaría plasmando la belleza de lo que hubiera visto en mis láminas y lienzos. Cuando tuviera una cantidad importante de obras, haría una exposición de todas ellas en alguna galería para principiantes que hubiera por la zona. A los años, acabaría abriendo una galería para jóvenes pintores promesa y también impartiría talleres de pintura para adolescentes.

FOTÓGRAFA

Tendría un piso en una gran ciudad, con buenas vistas y lleno de ventanales. Un gran salón con muchos sofás para hacer reuniones con amigos. Tendría una nevera roja, a conjunto con toda la cocina. El piso estaría decorado muy variado porque compraría todo lo que me gusta e iría haciendo pequeños espacios independientes decorados cada uno con su sintonía. Eso sí, en todos ellos habría fotografías hechas por mí, alguna en blanco y negro y otras en color. También una lámpara diferente con luz cálida para resaltarlas. El piso sería mío, pero no pasaría demasiado tiempo en él. Los meses de invierno lo alquilaría por Airbnb y me iría a conocer ciudades por Europa, tachando cada vez más ciudades de mi lista de ‘destinos pendientes’. Vendería algunas de mis fotografías por internet, en la página web que yo misma me habré creado y guardaría ese dinero para las entradas a museos y exposiciones de las ciudades a las que fuera y para comprar cosas bonitas de todos los sitios que visitara y muchos souvenirs. Me encantaría viajar sola, acompañada únicamente de mi cámara de fotos y mi ordenador para poder editarlas. Así, las podría ir subiendo a mi página web y si alguien se interesara, podría imprimir la lámina con la fotografía in situ, incluso dedicarla. Tendría tanto una cámara réflex como una Polaroid, quizá también una analógica.

HIPPIE

Viviría en Zarautz, en una casita pequeña junto al mar, con mi amiga Aida y su perro Golfo. Seríamos amigas de tod@s l@s vecin@s y haríamos muchas cosas con ell@s: jugar a cartas, plantar cosas en un huerto, pasear por la playa, ir a comprar al mercado del pueblo… Haríamos labores sociales y charlas para concienciar y organizaríamos algunas jornadas con actividades como recoger basura de las playas o la importancia de no usar plásticos. Emprenderíamos un negocio para apoyar e informar sobre cómo la gente puede tener más en cuenta el medio ambiente. Al final, venderíamos la casa y viajaríamos con las 4 cosas más necesarias. Porque nos habríamos dado cuenta de que ‘menos es más’. Impartiríamos estas charlas por varias ciudades y acabaríamos montando un negocio online de venta de productos ‘zero waste’. Además, ofreceríamos en otra web nuestros servicios online de publicidad en internet y de gestión de redes sociales, entre otros. En nuestro tiempo libre, además de pasear mucho con Golfo, haríamos meditación, video llamadas con amig@s, fotos y quizá nos animábamos a probar con el surf. No haríamos un tatuaje de aguacate por fin, ese que tanto tiempo llevamos diciendo que queremos.

Y hasta aquí mi ejercicio.

Se aceptan todo tipo de opiniones.

Aunque espero que, si eres de mi entorno más cercano, te hayas reído como yo lo he hecho al volverlo a leer (sobre todo en el último jajaja)

Yo, ni recordaba lo que había escrito.

Solo me queda añadir que se trata de un simple ejercicio.

En su momento, no pensé en qué quería o dejaba de querer, solo escribí.

De hecho, la mayoría de las cosas que escribí ni siquiera las quería para mi futuro.

En mi caso, fue un mix de cosas que había tenido en algún momento de mi vida las que me llevaron a escribir todas esas líneas.

Todas esas vidas tienen un poco de quién era yo.

Podría haber vivido (o intentado vivir) cualquiera de ellas.

El caso es que no lo quise así y me mantengo.

Pero sí que ahí empezó a brotar en mí algo.

Quería un futuro con bienestar y tiempo para mí.

No fui consciente entonces, pero ahora lo veo.

Qué curioso que no hiciera una vida de ‘escritora’, cuando me paso gran parte de mis días haciendo eso.

Supongo que la vida es mejor vivirla que imaginarla o escribirla.

Y yo aquí sigo, construyendo la mía y transitándola como mejor sé.

Espero que estés haciendo lo mismo tú también.

Si no, ¿a qué estás esperando?

Drew,

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