LA INTROSPECCIÓN

¿Sabes por qué decidí hablarte de instantes en el artículo anterior?

En realidad, no fue solo por lo que te conté del documental de Dani Rovira, hay más cosas detrás.

Observar la vida, apreciar los detalles, estar más presente…

Sí, todo eso es lo que me mueve desde hace ya algunos meses.

Pero de todo esto no hubiera sido consciente sin lo siguiente.

La introspección.

Al fin y al cabo, se trata de la capacidad de reflexión que tiene nuestra mente.

Y todo para ser consciente de los estados de ánimo.

Bueno, también para conocernos mejor.

Cuando hacemos introspección, no estamos haciendo más que analizarnos a nosotros mismos.

Y eso no siempre gusta.

Puede que lleguemos a cosas que no nos agradan.

O puede que no.

La cuestión es que indagamos en nuestra cabecita loca.

Y todo para conocernos más y mejor, para ser conscientes de diversos aspectos.

En nuestra vida pasan muchas cosas sí.

Pero en nuestra mente pasan aún más.

Y parar a escucharnos no es algo que tengamos como una prioridad hacer.

Sí, ya sé que tu vida seguro que es muy ajetreada, que no te da la vida, que no tienes tiempo para esto o, quizá lo ves como una tontería…

Pues yo no.

Yo sé (porque lo he comprobado) que la introspección solo me ha llevado a cosas buenas.

Y ojo, no digo que todo haya sido fácil.

Ha habido momentos en los que, ser consciente de determinadas cosas, no me ha hecho estar del todo bien.

Pero no por ello he apartado la introspección de mi vida.

De hecho, aún sigo.

Creo que es necesaria para avanzar.

Si no, ¿cómo pretendes mostrarte al mundo?

No puedes esperar que te conozcan si ni siquiera tú lo haces.

¿Por qué tendría entonces que molestarse el resto en conocerte?

Son cuestiones que te lanzo sin más.

Ya de ahí, puedes sacar tú tus propias conclusiones.

Quiero decirte también que la introspección te va a permitir conocerte también a nivel emocional.

Y no, no es otra tontería (si es lo que estás pensando).

En este punto, es donde las personas suelen pasar de hacer introspección, ya que la parte emocional no siempre se sabe leer.

En mi opinión, lo más difícil de este tema es saberla interpretar.

Pero ¿qué pasa si no sabes?

Piensa en todo lo que no sabías hacer en tu vida y ahora sabes.

Todo se puede aprender.

Solo hay que ponerle un poco de actitud y muchas ganas.

 Y no me vayas a saltar de nuevo con la pereza, la procrastinación, el yo no sabré hacer eso…

O lo que sea que tu cabeza te esté lanzando ahora mismo.

Obviamente, ni soy psicóloga, ni nada por el estilo.

Así que yo no puedo ayudarte si decides lanzarte al mundo de la introspección.

Yo solo puedo contarte mi experiencia.

Y, si eso te ayuda, pues yo que me alegro.

Pero, el resto ya depende de ti.

Una de las maneras que más me sirve a mí para hacer esa introspección es escribir.

Escribir sin pensar demasiado.

Hoja en blanco y a darle a las teclas (o al boli, según me venga).

Dicen que la hoja en blanco es temida por todos.

Y, yo no sé si será porque escribo igual o más que hablo, pero a mí nunca me ha dado miedo.

¿Una araña? Por ejemplo.

Pues sí.

Pero sentir el miedo a la hoja en blanco que siempre me han dicho, es algo que, por suerte, hasta ahora no he sentido.

Quizá también por eso me ha resultado “fácil” el hacer introspección.

También te diré que hay épocas para todo.

Yo llevo una en la que me ha apetecido hacer más introspección y estar conmigo.

Así lo he sentido y así lo estoy haciendo.

Supongo que, si no fuera así, quizá ahora te estaría hablando de vete tú a saber qué…

Si te lanzas a probar o si ya lo haces y quieres compartirlo, sabes que te escucharé.

Que me gusta mucho hablar (y escribir), pero escuchar es algo que también me encanta.

Y reflexionar y filosofar sobre la vida con otra persona también tiene un poco de introspección.

Introspección conjunta.

No tengo ni idea, pero yo creo que hacer eso y compartirlo con otra persona cura.

Igual que la risa.

Que es vida para el alma.

Drew,

Comentarios

Entradas populares de este blog

PAUSAS

ERES RARA

FLUIR