SOY DE ESAS

Pues aquí estoy, otro día más frente a mi teclado.

Vuelve a ser miércoles y es el día establecido (por mí) para publicar artículos.

Suelo hacerlo al medio día.

Y los escribo mínimo entre 1 y 3 días antes.

Pero esta vez, me ha sido imposible.

Cosas laborales.

Bueno y que cuando he tenido momentos libres los he empleado en otras tareas.

Para nada menos importantes que escribir, que es uno de mis modos de auto cuidado.

Tampoco improductivas.

Simplemente, otras cosas.

Y aquí estoy, escribiendo casi a las 8 de la tarde porque quiero escribirlo hoy.

No es relevante, pero voy a contarte cosas sobre mi día.

Para empezar, me he despertado 10 minutos antes de que sonara mi alarma.

¡Qué rabia me da eso!

Aunque había dormido ya mis 8 ricas horas.

Así que, queja ninguna.

Pero sí, soy de esas a quienes les molesta no apurar esos minutitos más hasta que ese sonido del despertador te hace ‘cagarte en todo’.

Porque sí, también soy de esas ‘personas-marmota’ que aman igual dormir que comer.

Y eso que AMO comer.

A pesar de eso, solo me he roneado en la cama hasta que ha sonado esa alarma.

Después, directa a la ducha.

Así se empieza el día con energía.

Bueno, o con unas mañanas poderosas del Club, pero eso toca mañana.

Ahora tocaba desayunar y a trabajar.

Lo hago desde casa, así que tengo poco tiempo de desplazamiento.

Cosa que agradezco porque también soy de esas que mueren de frío casi siempre.

Si por mí fuera, hibernaría.

Pero no quiero ser más rara de lo que ya soy.

Mientras se hacía el café, me ha llegado un mensaje al grupo de la familia.

Mi tío Braulio felicitaba a alguien sin dar mucha más explicación.

He ido directa al calendario a ver qué se me había pasado.

Pero, al ver el día que era en la pantalla, lo he sabido.

30 de noviembre.

Mi santo.

Tras eso, he desayunado y reflexionado sobre un par de cosas.

La primera, que no me extrañaba nada mi nivel de empanada de hoy.

Sabía que el 30 era mi santo, pero no sabía que ya era día 30.

En mi cabeza, era mañana.

Sí, también soy de esas a quienes les pasan los días volando que ni se entera de en qué día vive.

Lo cual me ha hecho pensar en lo que ya comenté algunos meses atrás.

El vivir en automático.

Y me ha llevado a pensar en lo siguiente.

Mi último mes.

Ha sido un poco caótico.

A nivel laboral y personal.

Mi ansiedad ha hecho su aparición en más momentos de los que me gustaría.

Y ahí ando, trabajando en ello.

Por tanto, he llegado a la conclusión lógica a la que llegaría cualquier humano.

Este mes, he vivido estresada.

Y no estoy dispuesta a seguir haciéndolo.

Sé de sobras lo que tengo y quiero hacer para reconducirlo.

Pero no siempre es igual de fácil decirlo que hacerlo.

La segunda, que quería empezar a reconducirlo este último mes del año.

Y quería hacerlo potenciando el auto cuidado.

Siguiendo, reforzando y retomando todo aquello que me hace más bien que mal.

Y hoy he empezado por mí.

Que mejor día para hacerme un auto regalo que el día de mi santo.

Henko, el libro de Sxgitario, ha sido el escogido para ello.

También soy de esas que se hacen regalos a una misma.

No siempre debe haber una fecha señalada detrás.

Pero sí, para mi santo, lo hago.

Incluso me cuido más que en mi cumpleaños.

Supongo que porque el santo es el olvidado por muchxs.

Pero desde hace algunos años, no por mí.

Y hace 3, decidí que el regalo que me iba a hacer iba a ser un libro.

Tengo una lista interminable de libros que quiero.

Otra vez soy de esas que tienen o quieren más libros de los que casi podrían leer.

Pero me encanta.

Esos momentos de lectura conmigo, son algo mágico y sagrado para mí.

En verano, tengo la buena costumbre de salir a leer a la terraza como mínimo 15-20 minutos al día.

Y si me gusta mil lo que estoy leyendo en ese momento, repito tanda.

Recuerdo que de pequeña me gustaba leer antes de acostarme.

‘El club de algo’ se llamaban los libros.

Iba de aventuras de adolescentes.

Y me engancharon mucho.

Después de eso, poco más leí, además de las lecturas escolares.

Y me tiré muchísimo tiempo sin leer como costumbre.

Pero en algún momento que ni recuerdo, volví a ello.

Ni siquiera soy consciente de con qué libro retomé el hábito.

Pero sí recuerdo cuáles han sido mis libros de los últimos años.

Además, hasta que no acababa uno, no empezaba con el siguiente.

No me preguntes por qué, pero era de esas.

Y digo era, porque hace ya aproximadamente un año que dejé de serlo.

Me dio un día por pensar el por qué lo hacía.

Y no llegué a nada concreto.

Así que empecé otro libro.

Eso sí, de una temática diferente.

Por eso que dicen de no cruzar cosas.

Y desde ese día, empecé a ser de esas que leen más de un libro a la vez.

Ahora tengo 4 empezados.

Una historia de Elisabeth Benavent.

Pensar rápido. Pensar despacio, que es un libro psicológico que habla sobre la mente.

Vive tu leyenda, que va sobre nuestro propósito de vida.

Y uno sobre nutrición de Júlia Jiménez.

Además, tuve un quinto que acabé hará un mes o así.

Otra novela histórica romántica.

Pero lo devoré muy mucho y lo antepuse al resto.

Otra curiosidad es que soy de esas personas (si es que hay alguna más que, imagino que sí) que lee el libro en el mismo lugar.

Es decir, el libro de Elisabeth, lo empecé a leer en la terraza de mi pisito y solo lo leo ahí.

Ahora ya hace frescorcillo, así que tendré que seguir en momentos en los que salga el sol.

Porque me ha surgido esta manía.

No con todos eh, pero ha coincidido que las dos novelas las he leído solo en un mismo lugar.

Quizá, porque me parece algo bonito.

No tengo un único espacio para leer.

Y, supongo que, es un modo de crearlo y de sentirme más cerca de esas historias leídas.

Quizá pienses que es una santa tontería.

No sé, puede que lo sea.

Pero es mi tontería.

Todxs tenemos algunas.

Como el que haya empezado mi propia tradición de regalarme un libro por mi santo.

El santo para mí no deja de ser un día más.

Además de, una perfecta ‘excusa’ para hacerme un regalo.

Y sumar un libro más a mi colección.

No es que sea inmensa.

Pero sería feliz con una librería para guardar todos mis libros.

Los que tengo y los que pretendo tener algún día.

Sí, todos en papel.

Por si tenías alguna duda.

Prometo que lo he intentado, pero lo de leer en digital, no va conmigo.

Me compré hasta un pack de varios libros y un e-book.

Pero solo he leído 2 o 3.

Me cansa y me aburre.

Y subrayar así, no mola.

Porque yo subrayo los libros.

Otra cosa que me encanta.

Está a la par de participar en sorteos de IG.

Y quien me conoce bien, lo sabe porque lo ha sufrido jajaja

Pero yo no tengo la culpa de que me hayan tocado cosas 4 veces.

Si no, no seguiría.

Supongo que esto nos pasa en muchas cosas en la vida.

Cuando vemos que algo funciona, seguimos o lo replicamos.

Y si vemos que no, todo lo contrario.

Y dicho queda muy bonito.

Pero en la práctica no es así.

Porque si no eres (o somos) conscientes de esas cosas, no podemos modificar o seguir con nada.

Dicho todo esto, me despido de ti.

Antes, cambiaré el nombre de este artículo.

Inicialmente lo había bautizado como ‘a ver qué sale’ porque no tenía tema ninguno.

Tras escribirlo, creo que le pega más un ‘soy de esas’.

Aunque dejaré claro que no soy de esas que ponen el título de sus artículos tras escribirlos.

Yo soy más de poner el título y fluir.

Con palabras.

Eso es lo que me nace y con lo que más disfruto.

En fin, ¡feliz miércoles!

Drew,

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