SILENCIOS

El otro día iba paseando por la calle con mi Vidi y me paré a pensar sobre los silencios.

Bueno, quien dice pasear, dice comprar un par de cosas en el Bon Area jaja

La cuestión es que íbamos los dos por la calle en silencio.

Como muchas otras veces.

Cada uno con sus pensamientos.

Y cuando me di cuenta, estaba metida en un sinfín de frases.

Noté que me llevaban a algo, pero a nada claro.

Y me puse a conectarlas mentalmente.

Cuando quise darme cuenta, tenía en mi mente creado un texto.

Una reflexión sobre los silencios.

Mi inconsciente, se había parado a conectar significados en forma de texto.

Y, aunque no apunté nada de eso cuando llegué a casa, hoy te quiero hablar de ello.

Los silencios son muchas cosas.

Pueden evocar sentimientos.

Pueden hacerte sentir emociones.

Quizá algunos son algo incómodos.

Quizá te lleven a pensamientos que no te apetezcan.

Con otros igual te dan ganas de gritar.

O de hacer cualquier cosa.

Lo que sea con tal de romperlos.

Porque si los silencios nos transmiten cosas no del todo agradables para nosotrxs, tenderemos a querer huir.

Pero recuerda que no todos los silencios son iguales.

También los hay más ‘positivos’.

Y esos son los que más me gustan.

Silencios que te recuerdan a personas.

O que compartes solo con algunas de ellas.

Esos que ni siquiera te incomodan.

Silencios con los que te sientes en calma y en casa.

Aquellos que no quieres que acaben porque ya te están bien.

Los que te transportan mentalmente a otros lugares.

Porque le dan la total libertad a tu mente para que lo haga.

La dejan fluir a tal nivel que te hacen flotar.

Un silencio, tu imaginación y tú.

Sin importar nada más en ese momento.

Da igual que estés solx o no.

Te hablo de esos silencios en los que priman las sensaciones.

Tu mente y tú fluis hacia otro lugar.

Justo ahora, mientras te hablo de esto, me ha venido a la mente un ejercicio del que te hablé en uno de mis primeros artículos.

Se trataba de hacer fluir tu imaginación hacia cualquier cosa, a tal nivel y detalle que te pareciera estar viviéndolo en tus propias carnes en ese mismo momento.

Y esto no tiene que ver con los silencios, pero, es un ejercicio que he recordado y que, trataba de estar relajadx y en silencio para poder dejar fluir a la mente.

Y, mi mente, me lo ha traído al presente.

Por si tienes curiosidad, te comento que está en el artículo “Soñar es gratis” y va más de visualización que de silencios.

Pero siempre es una buena excusa para estar un poco (en silencio o no) contigo.

Hecho este paréntesis, retomamos el tema de los silencios.

Seguro que más de una vez has dicho o escuchado la expresión de ‘que silencio más incómodo’.

Yo sí, prácticamente toda mi vida.

Pero ahora creo firmemente en la belleza de los silencios.

Porque he aprendido a apreciar ambas caras.

Las ‘buenas’ y las ‘malas’.

Y no, no pienses que estoy loca o que eso es imposible.

Te lo argumento.

Los silencios que me incomodan han pasado a gustarme porque en ellos, he encontrado la reflexión.

Reflexionar es uno de mis motores desde hace unos años.

Así que, la parte ‘mala’ de los silencios, me la he cargado de un plumazo.

Y luego está la parte ‘buena’.

Esta la aprendí apreciar gracias a diferentes personas que se han ido cruzando en mi vida.

Con ellas, he descubierto que lo importante era simplemente ESTAR.

Daba igual cuándo, para qué o lo que se estuviera haciendo.

Así que, agradezco enormemente a las personas que son magia.

Así me gusta catalogarlas.

Porque con ellas, he aprendido a estar cómoda y en silencio.

Cuando hablo por los codos, sí.

En esos momentos, el ambiente y la energía que se crea es tal, que el silencio solo lo hace todo más especial.

Me vienen varios nombres de personas a la cabeza y, seguro que, mientras lees, también te están viniendo a ti.

Te aconsejo que mantengas bien cerca a esas personas.

Y deseo que tengas mil silencios con ellas.

Pues bien, parte de todo esto, fue lo que escribió mi cabeza mientras volvía en silencio de comprar con mi Vidi.

Y sí, él es una de las personas que, sin saberlo, me ha hecho apreciar los silencios.

Soy de esas que pensaba que jamás se iba a encontrar cómoda con ellos.

Pero ya lo dicen.

No te crees capaz de conseguir algo, hasta que lo haces y lo logras.

Ojalá tu también puedas aprender a estar cómodx en la incomodidad de los silencios.

Ojalá sientas la magia que se crea en los ‘buenos’ y bonitos silencios.

Ojalá ames los silencios y te traigan muchas reflexiones y aprendizajes.

Benditos silencios y benditas personas magia.

Gracias a los dos por enseñarme tanto.

Drew,

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